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· Reflexiones sobre la discriminación positiva

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@ 2008 Josep Marc Laporta

El término discriminación positiva hace referencia a aquellas actuaciones dirigidas a reducir o, idealmente, eliminar las prácticas discriminatorias en contra de sectores históricamente excluidos, como las mujeres o algunos grupos étnicos o raciales.

Pero la discriminación positiva, ¿es acertada?, ¿es justa?, ¿ayuda realmente a la buena integración y atención de los desfavorecidos?

En el fondo, la discriminación positiva es una discriminación implícita, porque discrimina a los sujetos de la misma distinción. Se les da la posibilidad de ser más favorecidos, pero al mismo tiempo se los discrimina porque el favoritismo es una imposición de carácter estructural que vuelve a discriminar. Es como si a un niño disminuido físico se le tratara de manera preferencial, con palabras diminutivas y actitudes excesivamente cuidadosas. Al final, el chico o la chica se sentirá discriminado, pero no por la atención sino por la falta de igualdad respecto a sus congéneres

Intuyo que los legisladores no van realmente a las causas de la discriminación, sino a las consecuencias; y si siempre se regula y legisla de acuerdo a las consecuencias nunca se llegará al fondo del problema. Es cierto que muchas veces no se pueden legislar las causas, pero siempre se puede incidir positivamente en una legislación activa, que prevenga y proponga una acción preventiva, y es aquí donde la justicia yerra.

Un ejemplo. Estoy totalmente de acuerdo que es urgente legislar para que la mujer no sea maltratada en ninguna área de la experiencia humana. No obstante, no puedo estar de acuerdo con la legislación que, como consecuencia, plantea situaciones en la que los hombres tengan que reivindicar sus derechos. Hoy, con la discriminación positiva, un hombre da una torta a su pareja y es un delito; pero si sucede al revés, es una falta. ¿Es esto justicia? ¿Ello permite que la mujer sea tratada con más cuidado? ¿Esto hará que los hombres no maltraten a sus mujeres? ¿Ello permitirá llegar a una situación de no-maltrato? ¿Por qué cada vez mueren más mujeres? Es evidente que los legisladores no han ido a las causas, sino a las síntomas de los maltratos.

Evidentemente, no defenderé nunca a los maltratadores, ni permitiré que ningún hombre toque a una mujer; pero es evidente que la discriminación positiva de la legislación de los síntomas, y no de las causas, es una discriminación que no lleva a ningún lugar. Nos lleva a un camino sin salida, en el que las mujeres se sienten protegidas en las causas y, a la larga, les ayuda a entrar en un paradigma de defensa estructural que las hace seguras jurídicamente, pero no socialmente. Es decir, en la mente de la mujer se instala el paradigma de los derechos y en la del hombre el paradigma del defensor de su propia razón. En definitiva, este tipo de justicia discrimina psicológicamente y, en consecuencia, socialmente.

Es necesario apuntar decididamente que, en la mayoría de los casos, las parejas que no funcionan son parejas enfermas. Sería más fácil agrupar las parejas y las personas en buenas o malas y encontrar justificaciones de carácter gremial o de género: tú eres buena, el marido es malo; o tú tienes razón y tu pareja, no. Pero encuadrar en grupos de buenos o malos nunca nos proporcionará soluciones a los problemas, en cualquier caso los tipificará y los encorsetará. El tratamiento de las situaciones buscando las causas, nos permitirá llegar a determinaciones definidas y activas en la relación acción-efecto.

Las parejas que no funcionan en su relación marital, es porque están enfermas. La salud no es sólo una cuestión orgánica o mental, sino también social. Hay enfermos sociales y enfermos morales. Y muchas de las parejas donde existe maltrato, no es sólo porque hay uno de los cónyuges que maltrata y otro que recibe el maltrato, sino porque se ha construido una relación enferma, aparte de que uno de los componentes de la pareja tenga actitudes totalmente reprobables. Cuando una relación afectiva está enferma, es necesario ir a la raíz del problema y actuar ahí; por lo tanto, la discriminación positiva, a la larga, es una discriminación negativa, porque no soluciona el problema y reduce todo a los síntomas, legislando la prevención de los hechos, pero no actuando en la prevención y solución de las raíces.
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5 comentarios:

  1. Joan Pol10:49

    Cent per cent d'acord. No havia sentit mai aquesta reflexió. Clarificador

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  2. Madí10:50

    Me sumo a su escrito. La discriminación positica acaba por hacernos sensibles a los síntomas que al mar de fondo. Se discrimina positivamente porque no se tienen otros recursos sociales para intervenir.

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  3. Simio Omisi19:50

    Pues no se si eso de la discriminacion positiva es una moda... no les parece?

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  4. Cuidadinnnnn01:56

    Cuidadín. El tema es escabroso. No es fácil tratarlo, porque es para discutirlo muy trankilamente. Pero está muy bien como introducción. Eso creo.

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