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· La ambición del cambio



© 2015 Josep Marc Laporta

Las campañas electorales son la puesta de largo de los eslóganes y lemas. La tarea de los asesores y directores de campaña es resumir en una corta frase la propuesta del partido en cuestión. Algunas veces se intenta sintetizar de manera populista; otras, seduciendo desde la obviedad; y, muchas, reproduciendo o adaptando un eslogan que anteriormente en algún lugar ya se ha utilizado.


Si hiciéramos un ranking preciso de lemas, fácilmente daríamos con el más repetido: el que contiene la palabra ‘cambio’. El eterno comodín. En política, ‘cambio’ es una palabra mágica, milagrosa, de extraordinaria eficacia. La ambición, liberación y transformación que insinúa es de fácil asimilación popular. Y aunque últimamente su concurso podría haber sido superado, dando paso a conceptos como dignidad y honestidad, la evidencia es que continúa apareciendo en muchos carteles de campaña. Y es que el vigor y eficacia comunicativa es la virtud que todos desean, aún por encima del propio programa electoral. Evidentemente, a la palabra ‘cambio’ ha de sumarse una auténtica necesidad de transformación en el ambiente social. Si la sociedad no siente la urgencia, el cambio por el cambio es simplemente un eslogan vacío y el simple compendio de un relato político sin fondo. 

El recurso del ‘cambio’ viene de lejos. Desde 1952, siete de los 24 eslóganes usados por los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, tanto del partido republicano como del demócrata, han apelado a la magia de la palabra. Del America needs a Change (América necesita el cambio) de  Mondale hasta A Leader, for a Change (Un líder, para el cambio) de Jimmy Carter, pasando por el famoso Hope for the change we need (La esperanza para el cambio que necesitamos) de Barack Obama. Precisamente Obama dio un paso más allá con el uso de 'change', uniéndolo a 'hope'. 'Cambio' y 'esperanza' fueron catalizadores de la masiva voluntad de la población en el camino hacia la Casa Blanca.


Más allá de Estados Unidos, en España, el primer partido que lo usó fue el PSOE. En 1982, Felipe González llegaba a su primera presidencia del gobierno con Por el cambio. Escueto y sin florituras. Su sencillez y claridad indicaba un camino abierto. El cartel electoral, con el candidato mirando a lo lejos, hacia un supuesto futuro, expresaba claramente el sentido que proponía. González alcanzó la victoria con una amplia mayoría absoluta y el mayor número de diputados (184) que, hasta aquel momento, un partido obtuvo en España en el actual periodo democrático tras la dictadura. Fue superado en la X Legislatura por el PP, con 185 escaños.


Posteriormente, en las elecciones al Parlament de Catalunya, en el año 2010, Artur Mas y Convergència i Unió utilizaron el mismo concepto: Comença el canvi (Empieza el cambio), que le llevaría a la presidencia por primera vez tras 23 años de Jordi Pujol y dos tripartitos. En 2007, Coalición Valenciana, con Juan García Santandreu, intentó el asalto al Ayuntamiento de Valencia con el eslogan Atrévete a cambiar. Las urnas no le dieron representación.

 

No obstante, la idea del cambio también la utilizó el Partido Popular en las elecciones generales del 2011, que llevó a Mariano Rajoy a la Moncloa, con mayoría absoluta. La precampaña se inauguró con el eslogan Empieza el cambio, para dar paso, ya en campaña electoral, a Súmate al cambio. Curiosamente, esta acepción fue una exacta copia del Súmate al cambio que llevó a Sebastián Piñera a la presidencia de Chile en 2010, con Coalición por el cambio.


Este componente electoralista también lo utilizó Podemos en su apertura de campaña: 2015 Empieza el cambio. La formación, liderada por Pablo Iglesias, que dio la sorpresa en las pasadas elecciones europeas de mayo del 2014, se puso en marcha con la etiqueta de Twitter #2015empiezaelcambio, preparando así el camino de cara a las tres citas electorales de ese año. El 31 de enero hubo en Madrid La marcha del cambio, otra manera de iniciar el período electoral. También algunas de las actividades de precampaña fueron encabezadas por el cambio: Temps de canvi (Tiempo de cambio). Y ya en las parlamentarias de Andalucía del mes de marzo del 2015, el lema fue El cambio empieza en Andalucía. Precisamente, en esta comunidad y en los mismos comicios compitieron con otro nuevo partido, Ciudadanos, que también se alistó a la marca con Cambiar Andalucía está en tus manos y la apostilla El cambio. En la posterior convocatoria de las municipales y autonómicas de este mismo año, en mayo, Pide cambio fue el lema de Ciudadanos en todas las ciudades españolas donde se presentaron. 2015 estuvo presidido por el concepto ‘cambio’


El resultado estadístico nos indica que la palabra ‘cambio’ la han utilizado repetidas veces los dos grandes partidos del país: PSOE y PP; y dos de los nuevos que pugnan por hacerse un hueco en el panorama electoral: Podemos y Ciudadanos; además de otros de implantación autonómica, como Convergència i Unió o Coalición Valencianista y múltiples partidos de ámbito municipal. Pero el cambio no solo ha invadido las elecciones en los Estados Unidos de América o en España, también Francia, en las elecciones del 2012 que ganó Francoise Hollande y le convirtió en presidente de la República, la palabra ‘cambio’ estuvo presente: Le changement c’est maintenant (El cambio es ahora).


En el Reino Unido, David Cameron ganó las elecciones de mayo del 2010 con los lemas Vote for change (Vota por el cambio) y Ready for change (A punto para el cambio). El eslogan utilizado por el Conservative and Unionist Party tuvo muchos detractores, ya que Cameron era un político sin experiencia y, prácticamente, sin carrera política, por lo que el adversario, el Labour Party, incidió repetidamente en este aspecto.


Sin embargo, fuera de Europa y Estados Unidos, otros muchos países del planeta también han caído en la ambición publicitaria del cambio. En Nigeria, el candidato Muhammadu Buhari se presentó a las elecciones del 2015 con un doble eslogan: The change agents (Los agentes del cambio) y I stand for change (Estoy a favor del cambio). En México, Vicente Fox con Alianza por el cambio, formado por el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), ganó las elecciones del 2 de julio del 2000, siendo la primera vez desde su fundación en 1929, que era derrotado el Partido Revolucionario Institucional. La Alianza por el Cambio fue consecuencia de los intentos de los partidos políticos mexicanos, opositores al PRI, de conformar una única gran alianza opositora para enfrentar al candidato priista en las elecciones y producir un cambio radical.


Lejos de África y Sudamérica, en Asia, el candidato del partido Pakistán Tehreek-e-Insaf (Movimiento por la Justicia), el exjugador de cricket y político Imran Khan se presentó a las elecciones con el lema Your vote can bring a change (Tu voto puede traer el cambio). El 11 de mayo del 2013 ganó 30 escaños, aunque quedó segundo, por debajo del partido de centroderecha Pakistan Muslim League.


Los ejemplos y evidencias son incontables. En cualquier pueblo, ciudad o país de nuestro planeta ha habido y hay políticos y directores de campaña que han utilizado el ambicioso recurso del cambio. Son innumerables los rincones de nuestro mundo que han visto cómo en sus calles, estaciones de radio o spots de televisión aparecía el tan ansiado cambio. Las posibilidades del vocablo ha dado para múltiples combinaciones: Cambio de rumbo; Por el cambio; Cambia Grecia, cambia Europa; El cambio; Cambiar Andalucía está en tus manos; Empieza el cambio; Un cambio de frente; El cambio depende de ti; El cambio positivo; El cambio necesario; El cambio que quieres; El cambio es ahora; La fuerza del cambio; Madrid, capital del cambio; Alianza por el cambio; Vientos de cambio; Podemos creer en el cambio; Cambia Marchena; Vota por el cambio; Tu voto puede traer el cambio; Pide cambio; A punto para el cambio; Súmate al cambio; Tiempos de cambio; Los agentes del cambio; Estoy a favor del cambio; El cambio social ahora; El líder, para el cambio; América necesita el cambio; Atrévete a cambiar, Cambiar para progresar, Un sí por el cambio, Tiempo de acuerdo&tiempo de cambio o Bienvenido el cambio.


 ¿Qué hay detrás de esta palabra que parece que todo lo puede? Por lo general nos gusta ser fieles a nuestra tradicional manera de vivir, a nuestras costumbres y hábitos, pero, como propuesta, el cambio es seductor y atrae nuestra curiosidad tan solo por presentarse como algo nuevo que, al mismo tiempo, no anula lo anterior sino lo fortalece mediante una nueva dirección. La novedad se esconde en el cambio, dibujando en el futuro otras formas, diferentes pero no absolutamente divergentes. La psicología de la palabra sugiere fascinación, pero sin dejar del todo el camino emprendido. Insinúa que hay otra posibilidad para llegar, tal vez, al mismo lugar, aunque sin los errores, defectos e equivocaciones pasadas. Invita a emprender y a confiar, porque implícitamente no significa destrucción o devastación de lo anterior sino invitación a empezar de nuevo. Semánticamente, más que una radical revolución, cambiar es el inicio de un nuevo camino. Es en este sentido que, políticamente, proponer un cambio a la población se presenta en términos de ambición controlada, como un deseo bajo verificación, sin la aventura del todo por el todo.


El éxito propagandístico de esta palabra radica en la novedad y en un nuevo rumbo, pero sin dejar las aguas conocidas. Una propuesta de construcción que, lógicamente, es usada por partidos en la oposición. En palabras de Sócrates, «El secreto del cambio es centrar toda tu energía, no en la lucha contra lo viejo, sino en la construcción de lo nuevo».

 

© 2015 Josep Marc Laporta


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4 comentarios:

  1. Mira q les gusta el cambio. Son como niños les gusta una palabra y no las sueltan

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  2. Pablo M15:17

    Me ha parecido estupendo. Gracias.

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  3. Anónimo21:19

    Curiosa recopilación.

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  4. Mandawuevos13:09

    El chorro de cambios es para echarte p'atrás. Mira que da eso del cambio!!! Lo usan para todo y nosotros lo compramos como jilipollas. somos robots en manos de poíticos ineficientes. Quien da mas???

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