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· Procesos de comprensión social


© 2012 Josep Marc Laporta

Las sociedades son sujetos dinámicos de comprensión compleja. Como organismo autónomo, compuesto de miles o millones de personas distintas, diferentes y heterogéneas, con sus particularidades cognitivas y peculiaridades formativas, cada sociedad tiene sus tiempos de entendimiento y discernimiento interno. Una nueva idea o un nuevo concepto, regla o patrón de comportamiento social de gran calado, necesitará de un cierto tiempo de asimilación para su efectiva implantación. Desde la sociología hemos analizado los distintos procesos de comprensión social, llegando a conclusiones aproximativas. Uno de los ejemplos de estudio sobre el que se puede observar ciertas connotaciones sociales es el enraizado hábito de fumar, lo perjudicial que es para la salud y la asimilación y comprensión social de su nocividad en la reciente historia de la sociedad occidental.
Fue en los años 50 del siglo pasado cuando la comunidad médica tuvo pleno conocimiento científico de los efectos perniciosos para la salud del hábito de fumar. Pero curiosamente, algunos años antes, las aseguradoras norteamericanas ya tenían ciertas restricciones de admisión de clientes fumadores, por lo que la conciencia de la nocividad del tabaco ya existía en ciertos grupos sociales o empresariales hacia finales de los años 40. No obstante, no fue hasta treinta y cinco años más tarde, en 1985, cuando la Organización Mundial de la Salud determinó que el tabaco era absolutamente perjudicial para la salud y, posteriormente, en 1987, el mismo organismo instauró el Día Mundial sin Tabaco para llamar la atención mundial hacia la epidemia del tabaquismo y sus efectos letales.[1] Sin embargo, hasta el año 2003 no se firmó el convenio marco para su control, un tratado antitabaco promovido por la OMS, que entró en vigencia en el año 2005, tras años de oposición e intentos de negociación con la industria tabacalera. El estado español hizo efectivas sus leyes en el 2006, acogiéndose al tratado de la OMS, modificándolas posteriormente y haciéndolas más restrictivas en el 2011.
Pasaron sesenta años desde que la comunidad científica tuvo consistentes convicciones médicas sobre la nocividad del tabaco hasta que, por ejemplo, España legisló la primera ley. No obstante, fueron varias etapas de aceptación de la realidad, donde las administraciones no actuaron determinantemente en la concienciación, hasta que la OMS dio el primer y definitivo paso con su declaración. Desde 1985, el proceso de concienciación social y aceptación del grave riesgo para la salud del tabaco fue rápido y progresivo: en veinte años, la sociedad española ha sufrido un cambio de pensamiento considerable.
Sin embargo, con este ejemplo no se puede establecer una relación universal sobre la aceptación y comprensión de ideas, conceptos, patrones o reglas de comportamiento social, aunque sí se pueden apuntar algunos aspectos que ayudarán a clarificar cómo y de qué manera son los procedimientos y conductas asimilativas de la población.
En primer lugar, debemos separar los procesos de aceptación social de la aplicación de la ley que regula cierta realidad. Son dos procedimientos distintos. Las leyes actúan como mediadoras sociales entre la génesis de la aceptación y la consecuente consolidación, a la vez que en el tiempo se sitúan aleatoriamente entre el origen del proceso y su conclusión, no siempre equidistante, muchas veces más bien finalista. Los procesos de aceptación social se inician con la implantación de una idea, como sucedió con el tabaco, cuando entre finales de los años 40 y principios de los 50 emergió el conocimiento y la conciencia objetiva entre la comunidad científica. Pero para la sociedad, el inicio real del proceso se situó en la declaración universal de la OMS, propiciando una lenta asimilación que prácticamente vislumbra su culminación con una ley que regula la nocividad del tabaco, aunque en realidad tan sólo sea una estación administrativa del proceso de pensamiento social. La culminación efectiva es la concienciación, tanto del no fumador como del fumador, de lo pernicioso que es el tabaco para la salud y la admisión global de la realidad.
En segundo lugar, los procesos sociales son muy sensibles a las incidencias propagandísticas y difusoras. Sus respuestas son proporcionales a las influencias de éstas, pese a que también son muchas las ascendencias ajenas a la propaganda que también afectan determinantemente en el resultado final. Entre ellas se observa de manera destacada el nivel cultural de los individuos y sus connotaciones e implicaciones de comportamiento tradicional o ancestral. Las conductas sociales y comunitarias de la población son menos permeables cuanto mayor sea la dependencia a tradiciones o costumbres y hábitos patrimoniales. Un alto nivel cultural también parece un condicionante decisivo para ser más proclive a la comprensión de las nuevas realidades.
Como tercer aspecto, la asimilación de novedades sociales y su comprensión comunitaria depende en gran parte de la regeneración sucesiva. Actualmente se conciertan las generaciones en una media de entre 15 y 20 años, por lo que se puede establecer el proceso de asimilación y comprensión social en esos mismos parámetros: de 15 a 20 años, aunque más cerca de los quince que de los veinte. [2] Una idea nueva o un concepto de calado que una sociedad deba aceptar, entender y apropiarse, necesitará, aproximadamente, unos 15 años de proceso madurativo.
A modo de ejemplo, casi todos los procesos de independencia de los países orientales europeos del siglo XX, sociológicamente se gestaron en una franja de tiempo entre unos 15 a 20 años. En Checoslovaquia, los primeros movimientos disidentes de la estructura comunista que aparecieron con fuerza hacia finales de los 70, representados por Václav Havel, fueron radicalmente rechazados por la gran mayoría de sus conciudadanos. Casi veinte años más tarde, en 1993, Checoslovaquia se escindió pacíficamente dando lugar a dos países: República Checa y Eslovaquia, culminando así un proceso de pensamiento común ascendente.
Otra muestra de ello son los movimientos gays y sus reivindicaciones. Tras la muerte del dictador Franco, distintas agrupaciones de defensa de los derechos gays se activaron, pero no fue hasta 1980 que la sociedad los empezó a visualizar. El proceso social de aceptación o reconocimiento de sus derechos y tendencias no se consumó, aunque parcialmente, hasta finales de los años 90, cuando, en una cierta normalidad, los medios de comunicación tuvieron en sus programas presentadores o tertulianos declaradamente homosexuales. Cerca de veinte años pasaron desde las primeras visualizaciones y declaraciones implícitas de sexualidad homosexual, y la aceptación pública en televisiones o, incluso, en lugares relevantes de partidos políticos. Cinco años más tarde, esta implícita aceptación social se completaría legislativamente con la legalización de los matrimonios homosexuales.
Por lo que respecta a la legislación de un hecho o una nueva disposición u orden comunitario, es conocido que su definitiva reglamentación en un día concreto no significa una implícita asimilación y aceptación por parte de la población. En los meses y años anteriores a la fecha efectiva de legislación, los ciudadanos reciben desde diferentes flancos comunicativos, informaciones influyentes y explícitas para provocar y proporcionar una buena aceptación y asunción. Normalmente, el proceso de asimilación es largo y dificultoso, dando lugar a que muchas veces la administración tenga que retrasar el día de la puesta en vigor de la nueva disposición, para dar paso a un mejor proceso de asimilación y aceptación por parte de la población. Esto ha ocurrido reciente y sucesivamente, por ejemplo, en aplicación de nuevas disposiciones viarias de la Dirección General de Tráfico, rectificando la fecha de aplicación por la incapacidad social en la asimilación y aceptación (en su momento, el carnet por puntos fue uno de los procesos más irregulares e inciertos de implantación, con una larga difusión y dilatadas campañas informativas y concienciadoras).
Los procesos de admisión y aprobación de nuevos conceptos, reglas o patrones de comportamiento social de gran calado tienden a ser muy dilatados en el tiempo. Por lo general, nunca se asumen rápidamente sino que necesitan de un prudencial período en el cual la población admite esa posibilidad, se rebela de manera poco homogénea y se pronuncia en un lento proceso de concienciación. Los 15 o 20 años que determinamos como media de asimilación y aceptación, es la etapa crucial donde se gestan nuevas comprensiones que afectarán, no solamente a un aplicado entendimiento, sino a nuevas concepciones futuras.



[1] Es conveniente reseñar que los procesos de análisis e investigación científica de la OMS son muy rigurosos y laboriosos, y muy reticentes a determinaciones y manifestaciones apresuradas. Acostumbran a cumplimentar minuciosamente todos los exámenes y estudios correspondientes para certificar o pronunciarse científicamente sobre una enfermedad u opinión científica sobre cualquier asunto que afecte a la salud de la población mundial. Como ha sucedido recientemente con el dictamen de la estrecha relación que existe entre los gases de los motores de gasoil y la aparición de cáncer de pulmón y vejiga, hasta que no se realizaron todas las investigaciones de laboratorio y de campo, y los estudios científicos necesarios y absolutamente concluyentes, no se han pronunciado públicamente.
[2] Esta media ha bajado considerablemente en los últimos años, como fruto de los revolucionarios avances tecnológicos, sociales y científicos y su afectación a los jóvenes. Si antes se consideraba que la media estaba en los 20 años, en la actualidad se sitúa mucho más cerca de los 15 que de los 20. Una generación es relevada cuando otra alcanza su madurez social, aunque no necesariamente psicológica. En el presente, los jóvenes alcanzan  la mayoría social hacia los 15 años, muy distante de hace tan sólo 15 años, que se situaba en los 20.


© 2012 Josep Marc Laporta

2 comentarios:

  1. Anónimo17:54

    interesante Pienso que los 15 años son pocos, muchas veces pasa mucho menos tiempo . Es mi opinion. No sabría decir pero tengo la impresion que pasa menos tiempo , aunque la media pueda ser de 15 años.

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  2. jonathan23:45

    Puedo preguntar? el cambio generacional es de 15 años? y se mide por la madurez social de una generación? es decir si un adolescente alcanza la madurez social a lo 15 años eso significa que científicamente se produce el cambio generacional? Es es lo que he entendido. Si antes era de 20 años, era porque alcanzaban la madurez social a los 20? Qué quiere decir madurez social? Es distinto a madurez psicológica? Jejej, muchas preguntas. Me parece interesante el tema, si me lo pudiera aclarar, le estaría muy agradecido.

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